Citas recabadas por la BOL de la Sede de Granada..

<<Se puede pensar, en efecto, que hay productos creados por el hombre para su bienestar que terminan yendo en contra del hombre mismo. Este es un tema clásico en la historia del pensamiento, e incluso Freud cuando descubre, sitúa y construye la noción de pulsión de muerte indica algo de este orden: en el núcleo de la cultura, en el centro mismo del sujeto, de cada sujeto, hay algo que va en contra de su propia subsistencia. La noción de pulsión de muerte, que es compleja, en realidad es simple si uno entiende que cualquier

satisfacción de la pulsión llevada al límite implica siempre la muerte del sujeto. Lo que empieza siendo una satisfacción placentera repetida, hasta cierto punto, lleva al sujeto a la muerte. Buena parte de los síntomas actuales no se entienden si no se incluye esta dimensión, si no se separa la idea de un trastorno orgánico de esa presencia de la pulsión de muerte como una forma de satisfacción que llevada al límite implica la muerte del sujeto.

Introduciendo este concepto de la pulsión ya no podemos tener una concepción unitaria del hombre, como sí lo pretendería el humanismo, no podemos pensar al hombre como un universal “el hombre”, sino que debemos introducir, y es lo que hará el psicoanálisis sobre todo a partir de Jacques Lacan, una concepción del sujeto dividido en su estructura. Y es por esta razón, precisamente, que el psicoanálisis no será nunca un humanismo.. El psicoanálisis es hijo de la ciencia, pero descubre en el seno mismo de la ciencia ese campo que llama inconsciente y que plantea una objeción radical al ideal del hombre como una unidad universal, ideal que proviene de la Ilustración, que también dio de hecho origen a la ciencia moderna. El psicoanálisis es heredero de esa tradición, pero reintroduce la idea de un sujeto que está dividido en sí mismo y que rompe esa idea de universalidad>>.

M. Bassols, El sujeto en los tiempos de la tecno ciencia, Colofón, no 27, pag. 9.


<<Pero no se trata solo de describir situaciones sino de conseguir deducir la causa que las provoca para elaborar alternativas de actuación, siendo el psicoanálisis una praxis, estamos enteramente concernidos como ciudadanos ante los desafíos actuales. Nos encontramos ante la urgencia de dar respuesta a las conductas asociales, psicopáticas, a las transgresiones individuales y de grupos en los adolescentes extraviados, abandonados a su suerte. Cada vez son mas numerosos los jóvenes con problemas de violencia, delincuencia, con síntomas graves de adicciones y lesiones al cuerpo en forma de bulimia, anorexia, conductas extremas de agitación o inhibición, la desidia, la falta de interés.

Debemos conseguir deducir la lógica a la responden sus conductas de errancia, llámese bullying, fracaso, maltrato. Debemos extraer la delicada posición subjetiva en que se encuentran para ayudarles a evitar el destino de desecho, de nulidades marginales al que parecen dirigirse sin esperanzas, como simples títeres de la pulsión de muerte..>>

Coccoz, V., La inserción social del psicoanálisis, Colofón 272007, pag. 38-39.


<<Esto implica que se debe mantener la especificidad del discurso analítico y no se lo debe confundir con el discurso del amo. Este último intenta que todo funcione sin tropiezos por homogenización, pero los psicoanalistas sabemos que los mismos son irreductibles pues no se puede erradicar el goce, pero sí civilizarlo bajo transferencia. Esa ea la utilidad pública del psicoanálisis, hacer un goce posible por la vía de la solución sintomática.>>

Tizio, H., El psicoanálisis en contacto con lo social, Colofón 27,2007, pag. 35.


<<Desde 1967, al mismo tiempo que preveía la extensión del racismo y también inventaba el procedimiento del pase, Lacan diagnosticaba que “la llegada de mercados comunes encontrará su pendiente en una agravación cada vez más importante de los procesos de segregación”, ya que veía ahí la “ (…) consecuencia de la transformación de los grupos sociales por la ciencia, y principalmente, de la universalización que ella introduce”. Para los psicoanalistas, Lacan continuaba, se trata de examinar las paradojas de la siguiente pregunta: “(…) cómo hacer para que las masas humanas, instaladas en el mismo espacio, (…) permanezcan separadas?”. Esta pregunta eminentemente moderna se presenta bajo máscaras diversas y aún más paradójicas cuando surge en el núcleo mismo de los campos sociales dedicados a incluir y a insertar, a colectivizar o a unificar, ya se trate de educar, curar o enseñar. El psicoanalista, dedicado a la “diferencia absoluta” del caso particular, tiene algo que trasmitir de su experiencia inédita que puede esclarecer esas paradojas. ¿Tiene algo que decir que pueda ser útil a las disciplinas que se conectan con su experiencia? ¿Y si no es así? En ese caso no habría otra alternativa que la segregación de los psicoanalistas, aislados en una posición de “extraterritorialidad” y abandonando las armas frente a los callejones sin salida de nuestra civilización. Sin embargo, ¿quién mejor que el psicoanalista podría permitirse situar lo que escapa a la inclusión generalizada?, ¿quién mejor sabría tomar en cuenta “lo que no sirve para nada”, esa parte ineliminable de goce pulsional cuyo retorno constituye el nudo del ”malestar en la civilización” según Freud?>>.

M. H. Doguet, Las formas modernas de la segregación y el psicoanálisis, Cuadernos Andaluces de Psicoanálisis, Revista de la Comunidad de Andalucía de la ELP, nº 23, pag. 30.


<<”(…) ¿cómo una época vive la pulsión?” Lacan no perdió nunca de vista esta perspectiva freudiana, siempre reformulada. Mientras que en la lógica colectiva que trazaba entre 1946 y 1949, le parecía que el cálculo colectivo hallaba sin problema una salida posible, incluso en la perspectiva del juicio final, ve un obstáculo en Kant avec Sade (1960) y retoma el tema a partir de la sublimación y de lo que ésta revela sobre el color de vacío de las pulsiones. Se trata siempre de describir las seducciones del Superyo que se ofrecen en cada época..>>

E. Laurent, El psicoanalista, el ámbito de las instituciones de salud mental y sus reglas, Cuadernos Andaluces de Psicoanálisis, Revista de la Comunidad de Andalucía de la ELP, nº 20, pag. 87.


Citas recabadas por la BOL de la Sede de Sevilla ..

 

» Para ser precisos, si establecemos con rigor el objetivo, no haría falta que el psicoanálisis, en su dimensión propia o en su uso, en su preocupación terapéutica, se sintiera atraído, perturbado e incluso mortificado por esta especie de cosa no psicoanalítica que se adorna con la denominación de psicoterapia. Lo que hace falta es que el psicoanálisis aplicado a la terapéutica siga siendo psicoanálisis y que se preocupe por su identidad psicoanalítica.»

Miller, Jacques-Alain. Psicoanálisis puro, psicoanálisis aplicado y psicoterapia. Freudiana 32. Pág.7


» La extraterritorialidad del psicoanalista no define un espacio de repliegue, un lugar de retirada. Es lo que le permite desplazarse por toda la extensión que forma el campo del equívoco de la norma del psi.
… El psicoanalista se autoriza pues,en nombre de su fuera-de-lugar, a una injerencia en el campo psi. En otro dominio, para luchar contra las zonas de no-derecho que permiten las normas estándares… En nuestro campo,que es el reverso,podemos hablar también de un » derecho de injerencia psicoanalítica» sobre el conjunto del campo psi. Esta injerencia no se hace en nombre de un significante amo. El psicoanálisis no es la ciencia toda que vendría a ordenar el campo. El psicoanalista ocupa más bien el lugar de un facilitador que permite a cada uno situarse con los efectos de revisión de las normas»

Laurent, Eric. El psicoanálisis no es una psicoterapia pero… Freudiana 70, Pág.29.


Bernard Seynhaeve : » En primer lugar, el trabajo consiste en abrir un espacio para alojar las invenciones de los niños. La institución fue inventada con esa idea: alojar la invención. Como director, mi trabajo es proteger ese espacio. Es necesario que cada uno tenga la posibilidad de inventar, a través del uso del «borde», y eso vale tanto para los niños como para los adultos.Pero es necesario que en los adultos haya,de alguna manera,un discurso que autorice,que invite,que promueva la invención, y que ese discurso sea garantizado por una persona encarnada, en este caso, yo. Es la condición necesaria,aunque sea insuficiente »

Otero, Mariana. Brémond, Marie. A Cielo Abierto Entrevistas. Courtil, la invención de lo cotidiano. Pág.65.


«Me he dado cuenta entonces de que la naturaleza de ese trabajo entre varios dependía de la naturaleza de ese Uno fundador. En otros términos, hay más de una manera de trabajar entre varios, y esta diversidad depende estrechamente de ese Uno fundador.
La articulación entre el Uno y lo múltiple es esencial»

Di Ciaccia, Antonio. De la fundación por uno a la práctica «entre varios». Cuadernos de Psicoanálisis 28. Pág. 75.


Citas recabadas por la BOL de la Sede de Málaga..

«En la última enseñanza de Lacan,la pragmática coincide con el uso que se puede hacer de los semblantes en la cura analítica. Nada es previsible en ellos; ninguna forma estructural los liga; su lógica es de hecho una política, resultado por lo tanto de una combinación de lo posible y lo imposible».
Vicens, Antoni: Acerca de la pragmática en la cura, El Psicoanálisis, 15, 2009, pp. 71

«La demanda social se dirige hacia el clínico en el sentido de la adaptación a un ideal de reinserción, de ratificación, de curación.
Se proponen a los sujetos nuevas identificaciones – standard- para taponar la objeción real que el síntoma hace a lo universal y al ideal de comprensión: » desinserción» vale como “discapacitado. En la vertiente de la caridad genera la SAMU( Servicio de Ayuda médica de urgencia ) de carácter social y en la vertiente de la salud mental la llamada al encierro tras los muros del asilo».
Guéguen Pierre Giles: Todos estamos desinsertados, El Psicoanálisis, 15, 2009, pp.82-83.


«La reunión clínica analítica plantea la dificultad de cómo generar, en lo colectivo, el efecto particular. Esta dificultad tiene una modalidad muy especial en los CPCT y otros centros de Psicoanálisis Aplicado».
Fernández Blanco, Manuel: Reunión clínica y real, El Psicoanálisis, 16, 2009, pp. 104.

«La institución puede elevarse a la altura de la cuestión del sujeto únicamente bajo la condición de abandonar la esperanza de una respuesta «ready made» o de una conclusión armónica, y de dejar de lado el espejismo de la síntesis».
Holvoet, Dominique: Lecciones de las prácticas de reuniones clínicas en el Courtil, El Psicoanálisis, 16, 2009, pp. 95


«Es cada vez más imprescindible que el equipo de tratamiento familiar, conquiste territorio, construya interrogantes, contradicciones, hipótesis, interpretaciones y se los presente a otras instituciones: al colegio, al equipo de salud mental, al servicio de protección de menores… porque cada vez hay discursos más fragmentados que cosifican al niño como objeto de control, objeto de observación, objeto de protección… y ese forzamiento da a lugar a su exclusión».
Mantilla, Margarita: El equipo del tratamiento familiar (ETF): otra forma de trabajar con las familias”, El Psicoanálisis, 22, 2012, pp. 55.


«El psicoanálisis tiene un efecto terapéutico, pero no es su meta última. Más allá del tratamiento individual, Freud y luego Lacan, asignan al psicoanálisis una meta científica: tratar el malestar en la civilización. No hay otro modo de responder a esto que asegurando la formación de los psicoanalistas».

Aflalo, Agnes: Las psicoterapias y el psicoanálisis, Colofón 23, 2003, pp. 43