El Piropo: ¿Aún?
Cuando escribo estas líneas se desata la polémica en Toronto, la causa, un comentario de Marcelo Rebelo de Sousa que no tarda en dar la vuelta al mundo, las críticas para el jefe del estado luso se multiplican. Pero esto es 2023, en 1979 el piropo callejero es una práctica cotidiana, eso sí, mejor conservada en América Latina que en España, además, es también un tipo de mensaje que resulta ejemplar para responder a la invitación a hablar sobre psicoanálisis y lenguaje, Miller no duda en aprovecharlo. El resultado es una precisa y preciosa conferencia que recomiendo vivamente a quienes no hayan tenido oportunidad de leerla todavía.
En la Conversación de la presentación de Polémica política 2, J-.A Miller, a propósito de señalar la conversación generalizada de la civilización extendida a través de los distintos medios de comunicación, destacó que para los psicoanalistas el término política tiene entre sus sentidos el de tomar parte en el debate público, y plantea que en esta participación se trata de lograr presentar una perspectiva analítica útil y saludable, capaz de poner de relieve los axiomas discursivos que circulan en el debate público mostrando así que ciertos axiomas determinan el debate mismo.
El piropo es evidente que, sin ser lo que era, sigue siendo materia de debate. El fin del piropo callejero llegó hace tiempo, pero su vecindad con el acoso, la polémica en la que puede quedar envuelto, le brinda actualidad. Por ejemplo, en 2020, a partir del testimonio de Paula Urrutia, La Vanguardia en “El debate de los lectores”3, traslada la pregunta sobre si hay que cambiar o no la definición de piropo, se hace eco de este modo de la afirmación que ciertos colectivos de mujeres defienden respecto de la conveniencia de dar este paso a favor de la erradicación del acoso callejero. El debate tiene matices que encienden la polémica, que cierta “tonalidad” en la mirada que un hombre puede depositar en una mujer, pueda llegar a ser objeto de penalización, es uno, pero hay más, y lo más importante, el piropo no escapa al significante amo de la época, el consentimiento.
Aislar los significantes amos que ordenan un discurso permite ir a contrapelo del sentido común y obliga cada vez a encontrar el medio más conveniente, quizás un elogio al piropo, como envoltorio de una agudeza, siendo exacto, no sea la mejor estrategia hoy. Las aporías del consentimiento que abordan respectivamente los textos de Christiane Alberti en Ornicar? 4 y Miquel Bassols en Ciutat de les lletres 5 ilustran las peligrosas incidencias que tiene el intento enloquecido de reducción que apoya la búsqueda de lo unívoco. Precisamente Miller en esta conferencia explora sinuosamente el carácter equívoco de la palabra, usa el piropo como vértice para atrapar el objetivo de la trasmisión que se propone. Parafraseando las próximas Jornadas, J-.A Miller, dando un rodeo en 1997, va desgranando lo que hablar quiere decir.
El encuentro con Humorismo en el español hablado de Werner Beinhauer, fue el hallazgo para ilustrar los conceptos que hace desfilar, los piropos seleccionados muestran qué condiciones han de darse para que el destello se produzca, ya que hacer vacilar las identificaciones, hacer jugar el sin-sentido, dejarse enseñar por la agudeza, permite entrever la cuestión en juego. Servirse del piropo fue una vía para ir aproximándose a la tan compleja como fecunda fórmula: La mujer no existe.
La imposible armonía entre los sexos, su carácter incurable, al menos mientras conservemos la condición de humanos, hará siempre la contra a los avatares de la comedia, ese fondo de pantalla encargado de cubrir la imposibilidad de decirlo todo sobre la sexualidad, muta cada tanto.
Estar a la altura de la subjetividad de la época bajo las condiciones del debate público mundial, exige audacia, agudeza y coraje; de cada uno depende encontrar dicho suministro, sin olvidar que la saturación informativa, el permanente ruido de fondo, este régimen del demasiado, deja poco tiempo para la reflexión. Más que nunca se impone profundizar en la erótica del tiempo y pensar juntos cómo salir de la inercia a la que la época arrastra .
Sin duda, las próximas Jornadas de la ELP, Lo que hablar quiere decir, es una cita imperdible para ello.
Maite Esteban
Psicoanalista en Málaga
maiteestebanleiva@gmail.com
Notas:
- Miller J.-A.,“El piropo”, Cinco Conferencias Caraqueñas sobre Lacan, Ateneo de Caracas, Caracas, 1979, p. 29. ↑
- Miller J.-A., La escucha con y sin interpretación. Conversaciones con analistas españoles y rusos, La Colección de la ELP, Serie Actualidad, p. 37-38. ↑
- “¿Hay que cambiar la definición de “piropo”?”, El debate de los lectores, La Vanguardia, 22-09-2020. ↑
- Alberti Ch., Consentir, Ornicar? 54, Revue du Champ Freudien, 2020. ↑
- Bassols M., “Consentiments”, Ciutat de les Lletres. ↑